El pasado 11 de abril de 2025 se estrenó en Estados Unidos El Rey de Reyes, una emotiva película de animación cristiana que ya está dando de qué hablar. Escrita y dirigida por Seong-ho Jang e inspirada libremente en el libro infantil La vida de nuestro Señor, esta obra se ha convertido en una experiencia cinematográfica única que mezcla arte, fe y emoción de manera brillante.
Con un elenco de voces estelares —Kenneth Branagh, Uma Thurman, Mark Hamill, Pierce Brosnan, Ben Kingsley, Forest Whitaker, Oscar Isaac, entre otros—, la cinta ha recaudado hasta ahora 59 millones de dólares, recibiendo críticas que oscilan entre positivas y mixtas, aunque sin duda ha tocado profundamente a muchos espectadores de fe cristiana.
📖 Una historia dentro de otra historia
La película nos presenta a un Charles Dickens intentando montar su clásico Cuento de Navidad, pero su hijo Walter interrumpe una y otra vez la función con sus fantasías sobre el Rey Arturo. Ante la frustración, la esposa de Dickens propone una idea distinta: contarle a Walter una historia sobre un Rey aún más grande… Jesucristo.
Lo que inicia como una historia forzada para calmar a un niño hiperactivo, se transforma en una profunda experiencia espiritual. Walter, acompañado por su gata Willa, se sumerge en la vida de Jesús —desde la Natividad hasta la Resurrección—, no solo como espectador, sino como parte del relato. Vive junto a Él, sufre con Él, y finalmente es testigo de la cruz y la redención.
💔 Un viaje hacia la comprensión del amor de Cristo
Uno de los momentos más potentes es cuando Walter, quebrado por la muerte de Jesús, se ve hundiéndose en el fondo del mar, tal como Pedro cuando dudó al caminar sobre el agua. Es allí cuando Jesús aparece para salvarlo con un abrazo, tomando su lugar bajo el agua y dejando tras de sí una cruz vacía. Este símbolo de sacrificio y redención marca el clímax emocional de la película.
Finalmente, Walter comprende el verdadero significado de la vida, muerte y resurrección de Cristo. Lleno de gratitud y transformado por el amor divino, corre a contarle la historia a sus hermanos, mientras Dickens se decide a escribir la vida de Jesús para sus hijos.
El Rey de Reyes no es solo una película para ver en familia; es una oportunidad para reflexionar sobre el poder de la narración, la fe infantil, y el amor incondicional de Dios. Una obra que, sin duda, dejará huella en el corazón de quienes la vean con el espíritu abierto.
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