Un corazón en Buenos Aires, una misión para el mundo
Nacido en Argentina el 17 de diciembre de 1936, fue sacerdote jesuita, obispo de Buenos Aires y luego cardenal. Pero fue en el año 2013 cuando el Espíritu Santo lo eligió como el primer Papa latinoamericano de la historia. Tomó el nombre de Francisco, en honor a San Francisco de Asís, y desde entonces su mensaje fue claro: humildad, pobreza, compasión.
Un papado marcado por el Evangelio vivo
Francisco caminó entre la gente, abrazó a los enfermos, besó a los niños, defendió a los migrantes, denunció la injusticia y no tuvo miedo de incomodar con la verdad. Su voz fue profética: habló por la paz, por los más vulnerables y por una Iglesia menos rígida y más humana.
Con frases inolvidables como "Prefiero una Iglesia accidentada por salir a las calles, que enferma por encerrarse", renovó la manera de anunciar el Evangelio. Su encíclica “Laudato Si” puso a la Iglesia a mirar con urgencia la creación. Su insistencia en la misericordia tocó miles de corazones alejados.
Una fe que no se detuvo ni en el dolor
Aun con los años y los achaques, nunca dejó de servir. Celebró misas con dificultad para caminar, pero con fuerza para predicar. Su rostro reflejaba ternura, pero sus palabras tenían el filo del Evangelio. Murió como vivió: entregado, sencillo, cercano… como un verdadero padre.
Hoy la Iglesia llora… pero también da gracias
Llora porque se va un testigo valiente del amor de Cristo. Da gracias porque su vida ha sido luz. Francisco nos enseñó que la santidad no es perfección, sino disponibilidad. Nos mostró que un Papa no tiene que vivir como un rey, sino como un pastor con olor a oveja.
“Señor, te entregamos a tu siervo Francisco. Gracias por su voz, por su ternura, por su coraje. Dale el descanso eterno y que desde el cielo siga intercediendo por tu Iglesia. Amén.”
🕊️ Redención FM – Elevamos una oración por quien supo ser tierra firme para los que dudaban, y puente de esperanza para un mundo dividido.
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