Evangelio según San Juan 3, 16-21
“Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único…”
Estas no son solo palabras sagradas: son una declaración de amor eterno. Dios no envió a su Hijo para condenarte, sino para salvarte. Este mensaje, tan poderoso y actual, nos recuerda que no importa cuán oscuras sean nuestras caídas: la luz de Cristo siempre nos espera.
En esta reflexión profunda descubrirás que el amor de Dios no se gana ni se pierde: se recibe. Es un amor que se entrega sin medida y que quiere encender esperanza donde solo hay sombras.
No huyas de la luz… acércate, y deja que Jesús transforme tu historia.
Escucha, comparte y evangeliza con nosotros. Esta es Redención FM, sembrando fe en los corazones.
“La luz vino al mundo, pero muchos prefirieron las tinieblas...” (Jn 3,19)
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