Cuando el corazón está cansado, cuando la lucha parece interminable, cuando ya no quedan lágrimas… aparece una figura maternal, silenciosa pero firme, que extiende su mano y nos susurra: "Estoy contigo". Esa es María, la Madre que nos fue entregada al pie de la cruz. No para reemplazar a Dios, sino para acercarnos más a Él.
Una madre que intercede, no que sustituye
Muchos no comprenden la devoción a María. Pero en realidad, nadie en la tierra comprendió y amó a Jesús como ella. Por eso, confiar en su intercesión no es idolatría, es sabiduría espiritual. ¿Acaso no acudimos a nuestras madres terrenales en los momentos de miedo, duda o enfermedad? ¿Cuánto más a una Madre Celestial?
Ella no se pone en el lugar de Dios: se pone de rodillas delante de Él… por nosotros.
María en las Escrituras: una mujer fuerte
El Magnificat (Lucas 1,46-55) no es un canto romántico. Es un grito profético. María canta la justicia de Dios, la defensa de los humildes, la victoria sobre el pecado y la muerte. Ella no es una figura decorativa: es guerrera espiritual, refugio de los que sufren y consuelo de los que ya no pueden más.
¿Dónde está María en tus batallas?
- 🕊️ Está al pie de tu cruz cuando sientes que todo se derrumba.
- 🤱 Está orando por ti cuando ya no puedes orar por ti mismo.
- 👣 Está caminando a tu lado cuando nadie más entiende tu dolor.
No estás solo. El cielo está a tu favor. Y María, como buena madre, está dispuesta a tomar tus lágrimas y presentarlas ante el trono de su Hijo.
Un corazón mariano es un corazón valiente
Quien se refugia en María no escapa del mundo: se prepara para enfrentarlo con fe. Ella nos enseña a confiar, a esperar, a entregarnos. Nos recuerda que el sufrimiento tiene sentido cuando se ofrece. Que no estamos abandonados. Que Dios actúa… incluso cuando no lo sentimos.
María, Madre mía, en esta batalla que estoy viviendo, cúbreme con tu manto. Preséntale a tu Hijo mis lágrimas, mis miedos y mis heridas. Acompáñame como acompañaste a Jesús. No me sueltes. Amén.
🌹 Redención FM – Una voz de fe, esperanza y maternidad espiritual para tiempos difíciles.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario